Me gustaría empezar este blog con una lista de puntos que me han ayudado hasta ahora en esta aventura bilingüe.
- Aprovecha y habla. Educar a un hijo supone explicar lo mismo muchas veces, aprovéchate de ello y no pares de hablar.
- Atentos a los avances. Si escuchas a tu hijo decir algo en inglés toma nota y la próxima vez anímale a que lo diga en inglés, insiste, intenta no hacer lo que pide hasta que lo diga en inglés.
- Traductor andante. Google traductor se queda corto a tu lado, traduce, traduce, traduce, todo lo que él diga repíteselo en inglés antes de contestarle, “Ah! do you mean what’s for dinner?” “Tonight we have…”
- Errores, don’t panic. Si de pronto eres consciente que llevas un año diciéndole algo incorrectamente corrígelo, no importa, empieza a decirlo bien, se olvidará de lo anterior con el tiempo. Si por el contrario es tu hijo el que no lo dice correctamente repite lo que ha dicho correctamente antes de contestarle. “Ah! You mean you are thirsty, ok here you have some water”.
- No tengo buena pronunciación. ¿Sabrías decir cómo se mejora la pronunciación? Exacto, practicando. Practicar con tu hijo te hará hablar cada vez mejor, tú mismo te darás cuenta de lo rápido que mejoras y por tanto tu hijo mejorará contigo.
- En la calle. Intenta contarle a la gente con la que estás el proyecto que has emprendido, de este modo con el tiempo la vergüenza se esfumará y serás capaz de hablarle en inglés en público.
- Ambiente Inglés. Llena todo lo que os rodea del idioma, juguetes, cuentos, películas… Un cuento antes de ir a dormir funciona de maravilla, probablemente termines leyendo el mismo 1.000 veces, serás capaz de contarlo con los ojos cerrados “by heart” al igual que tu hijo.
- En casa sí o sí. Si cuando estás con la familia es imposible hablarle en inglés pues no entienden nada y no se puede mantener una conversación, relájate y comunícate en tu idioma. Eso sí, en casa sí o sí debes de mantenerte firme, el niño ha de entender que casa es terreno infranqueable.